El amor que sentía llenaba de tal modo su corazón que, una noche, le ocurrió un gran milagro. Estaba mirando las estrellas y descubrió, entre ellas, la más bella de todas; su amor era tan grande que la estrella empezó a descender del cielo, y al cabo de poco tiempo, la tuvo en sus manos. Después sucedió otro milagro, y entonces, su alma se fundió con aquella estrella. se sintió tan inmensamente feliz que apenas fue capaz de esperar para correr hacia su ser mas querido y depositarle la estrella en sus manos, como una prueba del amor que sentía. Pero en el mismo momento en el que le puso la estrella en sus manos, ese ser sintió una duda: pensó que ese amor resultaba arrollador, y en ese instante, la estrella se le cayó de las manos y se rompió en un millón de pequeños fragmentos.
Esta es la historia de alguien que no creía en el amor
La maestría del amor
Dr. Miguel Ruiz
La estrella era la felicidad y la puso en las manos del otro por eso la rompió por que cada quien es responsable de su felicidad, esta solo sale del interior, nadie te la puede dar.
Ese es el error de la mayoría de nosotros
Creemos que el otro es quien nos va a dar la felicidad y no es así.
Es como poner nuestro corazón en la manos del otro, es un riesgo que lo haga pedacitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario