En esta sala les hacía formar un círculo y les decía:
– Ustedes pueden elegir entre morir a flechazos por mis arqueros o pasar por aquella puerta... detrás de esa puerta YO LOS ESTARÉ ESPERANDO...
Todos elegían ser muertos por los arqueros.
Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo había servido al rey, se dirigió al soberano:
– Señor ¿puedo hacerle una pregunta?
– Dime, soldado
– Señor, ¿qué había detrás de la puerta?
El rey contestó:
– Vé y mira tú mismo.
El soldado, embelesado, miró a su rey, quien le dijo:
– Yo les daba la oportunidad de hacer una ELECCIÓN, pero por temor preferían morir a arriesgarse a abrir esa puerta!!
..
¿Cuántas puertas dejamos de abrir por miedo a arriesgar? ¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro sólo por miedo de abrir la puerta de nuestros sueños?